Sin ningún género de dudas, el cerdo ibérico, es el responsable culinario de este municipio. Abanderados por el mundialmente conocido y apreciado Jamón de Monesterio, --que cuenta con conmemoración anual propia, y reconocimiento declarado como Fiesta de Interés Turístico Regional, por la Junta de Extremadura--; no podemos olvidar otros productos derivados del enclave natural en el que se producen. Cordero, ternera, o carnes de caza, que junto a otros productos silvestres y naturales, como setas o espárragos, y aquellos procedentes del buen hacer de agricultores y hortelanos, suponen una fiesta al paladar.
De lo tradicional, sus platos típicos de la mantanza: las ancestrales migas, el guiso de revoltillos con morcilla lustre, las patatas con espinazo, o la tomatada. Comida de chuchara, renovada en cada época del año. Cuando aprieta el calor, gazpacho, sopones, almorraque, o las tradicionales sopas de tomate con higos. Como máximos exponentes de su cocina de caza, la caldereta de venado y el arroz con conejo o liebre.
Para degustar en Semana Santa, su rica y variada cocina de Vigilia: potage, tortilla de bacalo y trigueros, escabeche de acelgas, guiso de repálalos… No hay fiesta que se precie sin la degustación del popular guarrito frito o en caldereta.
Los postres se limitan, casi en su integridad a los denominados dulces de sartén. Gañotes, virutas, flores y roscos, forman parate de un receterio heredado de generación, en generación, entre los monesterienses.
Monesterio ostenta el título de Ciudad Gastronómica Extremeña, otorgado por el portal GastroExtrem en el año 2.019. El esfuerzo conjunto del Ayuntamiento y el sector hostelero, han convertido a esta localidad en referente gastronómico nacional. Las marcas “Jamón de Monesterio” y “Monesterio Gastronómico: El arte que se come”, gozan del prestigio y el reconocimiento de quienes visitan este pueblo con el pretexto de disfrutar de la mejor cocina de la dehesa.
Que en Extremadura se come bien, no es una novedad. En Monesterio comer, es una experiencia sensorial